lunes, 3 de septiembre de 2007

Famosas “coincidencias” de la ciencia

x Carlos Tovar

Los grandes avances en el campo de la ciencia y la tecnología están normalmente relacionados a los nombres de prestigiosos científicos. Solemos asociar los más notables avances de la ciencia al nombre de algún científico, haciendo casi una identidad entre dicho avance y el nombre de ese científico. Así por ejemplo, la Teoría de la Gravitación Universal está asociada a Newton, la Teoría de la Relatividad a Einstein, la Mecánica Cuántica a Planck, la Teoría de la Evolución a Darwin, el Principio de Incertidumbre a Heisenberg, la Teoría de Juegos a Nash, la Teoría sobre los Agujeros Negros a Hawking, el Psicoanálisis a Freud, la Gramática Generativa a Chomsky, el Teléfono a Bell, la invención del Cine a los hermanos Lumiere, etc., etc., etc.

Ejemplos de esa identidad abundan. No obstante, las grandes teorías e invenciones son siempre resultados de un esfuerzo colectivo. El científico se nutre de los conocimientos previos construidos grano a grano por una multitud de científicos que lo precedieron. Así, la Teoría de la Relatividad de Einstein no hubiera podido ser formulada en el siglo XVII en plena época de Newton (siglo XVII), porque los conocimientos sobre Física y Matemáticas no se encontraban tan desarrollados como a inicios del siglo XX. La Teoría sobre los Agujeros Negros no hubiera sido formulada sino habría existido previamente la Teoría de la Relatividad. La Mecánica Cuántica no hubiera existido sin el Principio de Incertidumbre.

El hecho de que los descubrimientos científicos o tecnológicos sean precedidos de un esfuerzo colectivo, hace que, en muchos casos, éstos sean algo así como la crónica de un descubrimiento anunciado. No es de extrañar, por tanto, que la historia registre descubrimientos en simultáneo de una misma teoría por parte de dos científicos que trabajaron independientemente uno del otro. Existen varios ejemplos de ello, y sobre eso trata esta breve nota.

El caso más conocido probablemente sea el desarrollo en simultaneo del Cálculo Infinitesimal por parte de Newton y Leibniz, quienes lo desarrollaron independientemente el uno del otro, estando separados miles de kilómetros de distancia, sin contar con las ventajas de los medios de comunicación que los científicos de hoy disponen. Como se sabe, mientras trataba de formular la Teoría de Gravitación Universal, Newton se dio cuenta que la matemática de su época no estaba lo suficientemente avanzada para modelar su teoría. Así, decidió primero desarrollar el instrumento matemático necesario para luego formularla. Producto de su genio y dedicación, Newton descubrió el cálculo infinitesimal e hizo público sus primeros hallazgos en 1704. No obstante, años antes Leibniz ya había publicado los primeros resultados sobre la misma materia. Se dice que ello originó una de las disputas sobre autoría más largas y conocidas en el mundo de la ciencia, donde abundaron los ataques mutuos entre ambos matemáticos. En la actualidad, la comunidad científica reconoce a ambos como autores del mismo descubrimiento.

Otro ejemplo, menos conocido y controversial, es el de los científicos ingleses Charles Darwin y Alfred Wallace, quienes formularon sendas teorías de evolución basados en la Selección Natural de las Especies (1). Antes que Darwin formule su famosa teoría, hubo varias teorías de evolución que pretendieron explicar cómo el hombre, tal como se le conoce hoy, evolucionó desde especies menos complejas. Desde el tiempo de los griegos existía la idea de que el hombre había evolucionado desde especies más simples, pero no hubo ninguna formulación seria al respecto. La Teoría de la Evolución de las Especies tuvo la virtud (y de allí la fama de Darwin) de explicar de manera más convincente que sus predecesoras la evolución de las especies basándose en el principio de selección natural. Este descubrimiento, empero, fue hecho casi durante la misma época por Wallace (1855 y 1858), catorce años menor que Darwin. Se dice que Darwin quedó asombrado cuando leyó un artículo escrito por Wallace en 1855, en cuyo contenido vio grandes coincidencias con la teoría que él se encontraba desarrollando (2).

Un tercer caso, aunque bastante controversial y quizás de una naturaleza distinta de los anteriores, es la invención del teléfono por parte del científico escocés, luego naturalizado norteamericano, Graham Bell, quien lo patentó en 1875. Se dice que, poco antes Antonio Meucci, científico italiano, había inventado el teléfono pero no lo había podido patentar por falta de dinero. Versiones más oscuras afirman que Bell tuvo acceso a los bosquejos del primer teléfono diseñado por Meucci y plagió los mismos para patentar su invención (3). Sea cual haya sido el caso, el hecho es que ambos inventores se encontraban trabajando en un dispositivo de funciones similares durante épocas cercanas.

Se dice, con mucha razón, que la necesidad es la madre de la inventiva. En distintos grados, los descubrimientos científicos son estimulados por el deseo de cubrir una necesidad o vacío en la teoría científica. Dicha necesidad estimula no sólo a uno, sino a muchos científicos, convirtiéndose en una meta u objetivo colectivo. Los avances, por lo mismo, resultan ser resultado de un esfuerzo colectivo, más que individual. Sin embargo, esto último no desmerece el mérito de quien la descubre, sino por el contrario lo engrandece: entre tanta gente brillante trabajando denodadamente en dar el paso final hacia el descubrimiento, uno de ellos, el elegido, tiene el privilegio de ser el primero en lograrlo. Probablemente, aun sin genios como Newton o Einstein la Teoría de la Gravitación Universal y de la Relatividad habrían sido formuladas, pero seguramente sus descubrimientos hubieran demorado muchos años más.


_______________________________________________________
1/: J. Bronowski, 1973, "The Ascent of Man".
2/: Para información respecto a las similitudes y diferencias entre las Teorías de Darwin y Wallace verr:
http://www.biologia-en-internet.com/default.asp?Id=5&Fs=2.
3/: Sobre la controversia de la invención del teléfono ver:
http://es.wikipedia.org/wiki/Alexander_Graham_Bell.

No hay comentarios: