domingo, 24 de enero de 2010

Conversaciones Absurdas (5)


Direcciones
x Carlos Tovar

- Señor, ¿conoce dónde queda el Edificio Valverde?

- Claro, joven, queda cerca. Vaya directo cuatro cuadras, luego doble a la izquierda tres cuadras y en enseguida doble a la derecha tres y llega justo donde está ese edificio. Está justo en la esquina.

- OK, ¡muchas gracias!

- De nada joven… ¡Espere! Otra forma más fácil de llegar es si avanza dos cuadras, luego dobla tres cuadras a la derecha, y finalmente cinco a la izquierda…

- No entiendo…

- ¿Qué no entiende?

- Querrá decir “tres cuadras a la izquierda”, ¿no?...

- No, a la derecha... mmm ¿yo pensé que usted no conocía dónde quedaba el edificio?

- No, no es que conozca sino…

- Entonces, ¿cómo sabe que no es tres cuadras a la derecha?

- Es que si inicialmente me dijo que suba cinco cuadras, doble a la izquierda tres cuadras y avance luego cuatro cuadras a la derecha, termino en el noreste; pero si luego, de la otra forma que me indica, me dice que avance dos cuadras, luego doble tres a la derecha y suba cinco a la izquierda, termino en el sureste. ¿Se da cuenta?

- Tiene usted razón. Es a la izquierda, tres cuadras a la izquierda… ¡Eso!

- Ok, grac…

- ¡Espere! Más fácil aun... ¿Ve esa enorme antena allá?

- Sí, ¿por qué?

- ¡Esa antena está justo sobre el edificio que busca!

- Espere, espere, esa antena está en el sureste, no en el noreste… o sea, en realidad, sí eran tres a la derecha…

- Verdad ¿no?, pero no importa si es sureste o noreste joven, lo que importa es que el edificio que busca está justo debajo de esa antena.

- OK, bueno, de esa manera llego al edificio Valverde… muchas gracias.

- ¿Valverde? ¿No dijo que era Velarde?

- No, no. Dije Valverde… busco el Edificio Valverde no el Edificio Velarde.

- ¿Está seguro?

- ¡Por supuesto que sí! No sé qué cosa será el Edificio Velarde, ¡yo quiero ir al Edificio Valverde!

- Uy, ese edificio no lo conozco, joven, al menos no lo he visto por acá nunca…

- Bueno, menos mal que me di…, digo, nos dimos cuenta a tiempo…

- Si, menos mal que nos dimos cuenta, pero déjeme preguntarle a mi sobrina que ella debe saber dónde está ese edificio que busca…espere un minuto…

- …..

- ¡Joven, ya sé dónde queda! … ¿Joven? ¿Dónde se metió?... Ah, seguro el joven se dio cuenta que sí buscaba el Edificio Velarde…

lunes, 11 de enero de 2010

Pablo recordando su camino a Damasco

(Imagen del filme "Pablo de Tarso, el último viaje", 2009)

x Carlos Tovar

Sudoroso y agitado recordó aquella vez que, complacido, vio morir a Esteban a pedradas. Recordó cómo, con autoridad y soberbia, había asentido la muerte de aquel hombre. Creía, entonces, que tenía que exterminar a todos y cada uno de esos herejes quienes se habían atrevido a seguir a un hombre a quien llamaban Salvador y afirmaban haber visto resucitado tras su crucifixión. A Aquél que se había atrevido a desafiar a los fariseos como él, dejándolos en ridículo más de una vez ante los ojos del pueblo. Recordó cómo, con celo, guardaba, al pie de la letra, los ritos heredados de los padres de sus padres para honrar a Dios, a quien tanto amaba. Recordó también cómo, camino a Damasco, persiguiendo a esos a quienes llamaba herejes, una Luz lo encegueció y oyó una voz preguntarle “¿Saulo, por qué me persigues?”. Y supo que era la voz de Aquél, y recordó que sólo entonces supo que Aquél a quien perseguía era el mismo a quien tanto amaba. Y recordó cómo desde ese día se había convertido de perseguidor a seguidor y perseguido, predicando el mensaje de Aquél a quien antes persiguió. Rememoró como Aquél había advertido que él, ahora perseguido, iba a padecer por Su causa. Y recordó que desde entonces dejó su antiguo nombre, Saulo, el cual significaba “el deseado”, por el otro, Pablo, que significaba “el más pequeño entre todos”, nombre con el que ahora todos los conocían y que llevaba con orgullo. Y se acordó cómo, tras su conversión, su gratitud por Aquél lo había vuelto peregrino, viajero incasable y epistolero en pro de una causa que varias veces, como hoy, lo había puesto al borde de la muerte. Recordó aquellos años que estuvo preso predicando la obra de Aquél, y todas las torturas, hambres y padecimientos que pasó por Su causa. Se dijo así mismo, como una vez se lo había escrito a sus hermanos en Roma, que no se avergonzaba del evangelio, porque era poder de Dios. Recordó las burlas que hacía la gente al mensaje de salvación que predicaba, pero se dijo así mismo, como se lo había dicho a sus hermanos en Corintio, que el evangelio de Aquél era escándalo para los judíos y locura para los gentiles, y se sintió reconfortado al pensar así. Pasó sus manos por sobre las marcas de látigo que le habían dejado sus perseguidores, viejos compañeros quienes antes lo miraban con respeto y ahora buscaban acallarlo, y volvió a recordar que Aquél había advertido lo que él iba a padecer por Su causa. Ahora que estaba punto de morir, se repitió para sí mismo lo que había dicho más de una vez, que el morir le sería ganancia; porque finalmente estaría ante la presencia de Aquel a quien ahora, y desde Damasco, llamaba Salvador. Ahora que se había decretado su muerte, que la sangre de sus hermanos era derramada por todos lados, recordó su viaje camino a Damasco y su conversión, y se sintió agradecido porque desde entonces, aunque había padecido mucho, había conocido a Aquél. Y recordó que ya no tenía de qué afligirse, que en un abrir y cerrar de ojos, cuando la muerte lo cubriese, estaría con Aquél que dio su vida para que él, y todos en los que en Él creen, vivan para siempre.

(Relato basado en la vida de Pablo, el apóstol de los gentiles)

viernes, 8 de enero de 2010

El caso de la FDPA: Hay que saber cuándo abandonar


Asurancetúrix, el bardo de la aldea gala de Asterix, tiene, como la historieta de este último personaje cuenta, las opiniones divididas sobre su talento para tocar la lira: él piensa que es genial y los demás que es un desastre. Me temo que algo así está pasando con el Presidente de la Federación Deportiva Peruana de Ajedrez (FDPA), Milton Iturry, y la comunidad ajedrecística peruana. Y como el pintoresco bardo, Iturry no se da por aludido.

Comprensiblemente, la reciente noticia de desafiliación de Perú de la FIDE, por incumplimiento de pago por parte de la FDPA, ha terminado de derramar el vaso de la paciencia de la comunidad ajedrecista peruana, la cual, a la cabeza de Julio Granda, ha pedido que su presidente dé un paso al costado y deje el cargo. No se trata sólo de un simple descuido, sino de uno que refleja mucho de lo que está detrás: la escasa capacidad gerencial de la actual FDPA. [Antes de proseguir, debo decir que no me agrada lapidar a nadie, y esta nota en nada lo pretende, pero tampoco me siento cómodo quedándome callado en un tema como éste, que viene afectando la carrera de una serie de talentosos jugadores peruanos].

Ya en el 2008 Iturry causó una serie de críticas entre la comunidad ajedrecística peruana porque el Perú, por primera vez en muchísimos años, quedó fuera de las Olimpiadas de Ajedrez celebradas ese año (ver). En aquella oportunidad, lejos de aceptar su error, a través de un comunicado en la página web de la FDPA, Iturry dio explicaciones insatisfactorias y confusas y, en una reacción inverosímil, trató de echar la culpa a dos personas que nada tenían que ver con la directiva y mucho menos con la responsabilidad de gestionar y obtener los recursos necesarios para hacer posible la participación de Perú en las Olimpiadas en Dresde.

En el Perú, los recursos para el deporte ciencia han sido siempre escasos, pero todos los presidentes previos a Iturry consiguieron enviar al equipo peruano a las olimpiadas de turno. Si habían cosas que no podía dejar de hacer una directiva de la FDPA, una de ellas era, precisamente, asegurar la participación del equipo peruano en las olimpiadas. Pero la actual federación fue incapaz de enviar un equipo y ahora, como confirmando esa incapacidad, ocasiona que la FIDE nos desafilie.

Estas dos cosas, la ausencia de Perú en las últimas olimpiadas y la desafiliación, no son hechos aislados. Para nada lo son. Actualmente hay, por ejemplo, también gran descontento entre los ajedrecistas locales ante el bajo número de torneos. La actividad ajedrecista local se ha reducido y no ha aumentado, contrariamente a lo indicado por Iturry. Los resultados logrados por los hermanos Cori y Emilio Córdova nada tienen que ver con su gestión sino, más bien, son productos del esfuerzo individual o familiar de estos jugadores. Sin embargo, ayer, en una entrevista que un diario local le hizo a Iturry, leí con asombro cómo éste acreditaba a su gestión las conquistas de los hermanos Cori, diciendo: “En mi periodo ha habido grandes logros, como los conseguidos por los hermanos Cori” (ver). La verdad es que la actual directiva de la federación de ajedrez tiene tanto mérito en los logros de los hermanos Cori como lo tiene en el de Kina Malpartida, boxeadora peruana quien hace un año se convirtió en campeona mundial en la categoría superpluma.

Iturry ha pedido disculpas diciendo que este impase (la desafiliación) no volverá a suceder, pero ajedrecistas destacados, -basta mencionar entre ellos a Julio Granda, la voz más reconocida-, han pedido su cabeza. El día de ayer al arribar a Lima, Julio ha declarado: “Me parece que es una gran irresponsabilidad de su parte. Él (Iturry) lo sabía con anticipación. Esta es una gestión que no tiene el mínimo apoyo de los ajedrecistas y como tal, lo más sensato sería renunciar” (ver). En otra entrevista, Granda cuestiona también la forma en la que fue elegido Iturry, haciendo referencia a un tema que es vox populi (ver).

Lo increíble del caso es que Iturry no parece darse por aludido por el descontento que ha generado y dice que seguirá a la cabeza de la FDPA. Yo también creo que debe dar un paso al costado. Sería una actitud elegante y una muestra mínima de sensibilidad ante el malestar de la comunidad ajedrecística por todo lo que va de su gestión. Sería un grave error de su parte mantenerse en el cargo, haciendo oídos sordos, cuando casi toda la comunidad ajedrecista peruana pide que se vaya. Sería como seguir jugando una partida absolutamente perdida, con sólo el rey y ninguna otra ficha, como demostrando ignorancia respecto de las leyes del ajedrez y una falta de respeto a su rival.

Iturry debería evitar hacer con la comunidad ajedrecista lo que Asurancetúrix hace con la aldea gala: persistir en tocar su lira aun cuando toda su aldea le pide que no lo haga. En el ajedrez (y en la vida) hay que saber cuándo abandonar.

martes, 5 de enero de 2010

"Un cactus suaviza..."



Como el año pasado, abro mi primer post del año con una canción. Entre tantas canciones es difícil escoger una, así que me limité a escoger una de uno de mis cantantes favoritos, Gustavo Cerati. Se trata de "Cactus", de su último disco, Fuerza Natural (2009). Para mí, esta canción es una de las mejores de este artista, en cuanto a letra y música. El video corresponde al concierto que dio Cerati hace poco en Buenos Aires, el 20 de diciembre último, y lo acaba de subir JeanmDC al youtube.