x Carlos Tovar
Luis Carlos Burneo cuenta que, muchos años atrás, vio cómo un adolescente norteamericano transmitía su propio programa de televisión desde su habitación, gracias una cámara casera. Esa imagen jamás se le borró de la mente y se convirtió en su inspiración. En aquella época probablemente ni imaginaba que el auge de los videos propios a través del Internet, combinado con el surgimiento de las bitácoras personales, le iba a dar la oportunidad de hacer “La habitación de Henry Spencer”, su propio y exitoso programa internauta de entrevistas, o conversaciones, como él mismo las define.
Burneo, de 26 años, egresado de la Universidad de Lima (2003), cuenta que decidió crear “La habitación de Henry Spencer” una vez que se dio cuenta que antes de pensar en lo que resultaría agradable para el público, debía pensar en lo podría ser agradable para él.
Burneo anda por las calles de Lima con una cámara de video en mano. Con su pinta de buena gente y niño listo, pero medio monse, si cabe la paradoja, recorre esas calles vistiendo una gorra con la cara de Jack (“Nightmare Before Christmas”) y unas enormes gafas, tan grandes como las de Anteojito o, para no irnos tan atrás en el tiempo, las de Dexter (chapa que le puso el equipo de producción de Cinescape). Sus entrevistados son personas generalmente vinculadas al arte, pero, en ciertos casos muy disímiles. Auténticos algunos (al menos eso parecen) y muy poseros otros, o gente arty.
A través de su habitación, podemos disfrutar de una charla muy natural con Vanesa Saba, quien luce encantadora e inteligente. De una entrevista a Wicho García, quien despotrica contra la onda, preconizada por cierto sector de público subte (por suerte, por sólo un sector), de agredir a quienes no piensan igual que ellos. O conocer al loco, tóxico, iconoclasta, y por momentos incoherente, Chino Hamman, quien nos habla sobre la fe, el mundo y el poder de la mente. O tener una deliciosa caminata-entrevista con Alicia Bisso, que nos permite saber que sí, que realmente anda buscando novio, y que no hace caso a sus cientos de admiradores que le escriben decenas de correos electrónicos a diario, ofreciéndole acabar con su soledad. O conocer a un tal Leo Bacteria, un alpinchista sin causa ni argumentos (¿o tal vez pasaba un mal día cuando fue entrevistado?). O dar vueltas por un parque con Melania Urbina, y comprobar que sí, que es todo lo interesante e inteligente que uno se imagina, y que, demás, ama a los perros. O tomar parte de una charla con Marco Sifuentes (el hombre tras “El Útero de Marita” y miembro del equipo de “La Ventana Indiscreta”), para enterarnos por boca del propio Burneo, que cuando trabajaba en El Cinematógrafo de Barranco, se ganó un problema con Ricardo Bedoya (crítico de Cine), quien iracundamente le reclamó que la proyección de la película no era óptima y narró luego en un medio escrito que había persiguido en auto a Burneo, durante cuatro cuadras aledañas a la Avenida Grau de Barranco, llamándolo "cobarde". O inmiscuirnos en una conversación supernatural con el excelente actor Giovanni Ciccia, quien, entre muchas otras cosas, discute de lo molesto que le resulta que la radio nos imponga a un par de cantantes, habiendo músicos locales tan buenos (“Rafo Ráez me parece un genio”, en palabras de Ciccia).
Estos y otros personajes (conocidos, poco conocidos o sólo conocidos en su cuadra), construyen junto a “Henry Spencer” una serie de charlas que sin muchos retoques ni refinamientos, y por lo mismo muy espontáneas, han convertido a “La Ventada de Henry Spencer” en uno de los blogs favoritos del público peruano.
Es difícil medir la dimensión del éxito de Burneo y cuánta audiencia puede llegar a tener (según él cuenta, su habitación recibe 1000 visitas diarias). Por ahora su página tiene un formato de bitácora personal, que como sabemos se caracteriza porque es dirigida por un ciudadano cualquiera (en este caso, en realidad, no cualquiera) que decide compartir sus intereses con otros ciudadanos. Como es natural, ese ciudadano no cuenta con un equipo de producción que le permita ser siempre exacto (veamos por ejemplo, en el caso de Bruneo, como en la primera charla con el Chino Hamman, dice descuidadamente que Kurt Cobain era punk, o en el encabezado del video de la entrevista a Martín Moscoso escribe que éste es el jefe máximo de Indecopi). En cualquier caso, lo que realmente importa es que sus video-entrevistas nos traen nuevos aires y tienen la virtud, para quienes estamos lejos de nuestra Lima, de hacernos caminar por sus calles con una cámara en mano y de tomar parte de una charla cualquiera, una de esas que nos da la impresión de estar hablando sin dirección alguna, pasando imprevistamente de un tema a otro, es decir, el tipo de charla que uno más disfruta.
Estadisticas visitas
Luis Carlos Burneo cuenta que, muchos años atrás, vio cómo un adolescente norteamericano transmitía su propio programa de televisión desde su habitación, gracias una cámara casera. Esa imagen jamás se le borró de la mente y se convirtió en su inspiración. En aquella época probablemente ni imaginaba que el auge de los videos propios a través del Internet, combinado con el surgimiento de las bitácoras personales, le iba a dar la oportunidad de hacer “La habitación de Henry Spencer”, su propio y exitoso programa internauta de entrevistas, o conversaciones, como él mismo las define.
Burneo, de 26 años, egresado de la Universidad de Lima (2003), cuenta que decidió crear “La habitación de Henry Spencer” una vez que se dio cuenta que antes de pensar en lo que resultaría agradable para el público, debía pensar en lo podría ser agradable para él.
Burneo anda por las calles de Lima con una cámara de video en mano. Con su pinta de buena gente y niño listo, pero medio monse, si cabe la paradoja, recorre esas calles vistiendo una gorra con la cara de Jack (“Nightmare Before Christmas”) y unas enormes gafas, tan grandes como las de Anteojito o, para no irnos tan atrás en el tiempo, las de Dexter (chapa que le puso el equipo de producción de Cinescape). Sus entrevistados son personas generalmente vinculadas al arte, pero, en ciertos casos muy disímiles. Auténticos algunos (al menos eso parecen) y muy poseros otros, o gente arty.
A través de su habitación, podemos disfrutar de una charla muy natural con Vanesa Saba, quien luce encantadora e inteligente. De una entrevista a Wicho García, quien despotrica contra la onda, preconizada por cierto sector de público subte (por suerte, por sólo un sector), de agredir a quienes no piensan igual que ellos. O conocer al loco, tóxico, iconoclasta, y por momentos incoherente, Chino Hamman, quien nos habla sobre la fe, el mundo y el poder de la mente. O tener una deliciosa caminata-entrevista con Alicia Bisso, que nos permite saber que sí, que realmente anda buscando novio, y que no hace caso a sus cientos de admiradores que le escriben decenas de correos electrónicos a diario, ofreciéndole acabar con su soledad. O conocer a un tal Leo Bacteria, un alpinchista sin causa ni argumentos (¿o tal vez pasaba un mal día cuando fue entrevistado?). O dar vueltas por un parque con Melania Urbina, y comprobar que sí, que es todo lo interesante e inteligente que uno se imagina, y que, demás, ama a los perros. O tomar parte de una charla con Marco Sifuentes (el hombre tras “El Útero de Marita” y miembro del equipo de “La Ventana Indiscreta”), para enterarnos por boca del propio Burneo, que cuando trabajaba en El Cinematógrafo de Barranco, se ganó un problema con Ricardo Bedoya (crítico de Cine), quien iracundamente le reclamó que la proyección de la película no era óptima y narró luego en un medio escrito que había persiguido en auto a Burneo, durante cuatro cuadras aledañas a la Avenida Grau de Barranco, llamándolo "cobarde". O inmiscuirnos en una conversación supernatural con el excelente actor Giovanni Ciccia, quien, entre muchas otras cosas, discute de lo molesto que le resulta que la radio nos imponga a un par de cantantes, habiendo músicos locales tan buenos (“Rafo Ráez me parece un genio”, en palabras de Ciccia).
Estos y otros personajes (conocidos, poco conocidos o sólo conocidos en su cuadra), construyen junto a “Henry Spencer” una serie de charlas que sin muchos retoques ni refinamientos, y por lo mismo muy espontáneas, han convertido a “La Ventada de Henry Spencer” en uno de los blogs favoritos del público peruano.
Es difícil medir la dimensión del éxito de Burneo y cuánta audiencia puede llegar a tener (según él cuenta, su habitación recibe 1000 visitas diarias). Por ahora su página tiene un formato de bitácora personal, que como sabemos se caracteriza porque es dirigida por un ciudadano cualquiera (en este caso, en realidad, no cualquiera) que decide compartir sus intereses con otros ciudadanos. Como es natural, ese ciudadano no cuenta con un equipo de producción que le permita ser siempre exacto (veamos por ejemplo, en el caso de Bruneo, como en la primera charla con el Chino Hamman, dice descuidadamente que Kurt Cobain era punk, o en el encabezado del video de la entrevista a Martín Moscoso escribe que éste es el jefe máximo de Indecopi). En cualquier caso, lo que realmente importa es que sus video-entrevistas nos traen nuevos aires y tienen la virtud, para quienes estamos lejos de nuestra Lima, de hacernos caminar por sus calles con una cámara en mano y de tomar parte de una charla cualquiera, una de esas que nos da la impresión de estar hablando sin dirección alguna, pasando imprevistamente de un tema a otro, es decir, el tipo de charla que uno más disfruta.
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1 comentario:
Buen post, me gusta el estilo de LC Buerno, la espontaneidad de sus videos hacen sentir a uno como si estuviera presenciando una conversación entre amigos, como el mismo lo define "conversación", si bien su estilo es criticado por mucha gente, debido a que no aplica el periodismo siendo el periodista, por qué no tener una opción distinta?, yo creo que nunca hubieramos conocido a la gente que sale en sus videos en una forma tan íntima, ya no hay el elemento de agresividad que tiene el entrevistador y la mesura en las respuestas del entrevistado. Creo que ahí se muestran tal como son
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