x Andrea Raimondo
En esta ocasión Diablo Guardián irrumpe con la historia de Violetta quien tiene quince años cuando decide cruzar la frontera de México hacia los Estados Unidos con más de cien mil dólares robados a sus propios padres, quienes son excelentes amigos de lo ajeno. Azarosamente desembarcada en Nueva York, sobrevive durante cuatro años a todo trapo, derrochando el dinero mal habido. Para mantener ese ritmo de desenfrenos, se lanza al mundo de las drogas y aprende prontamente a enganchar hombres en la recepción de hoteles lujosos. Violetta, totalmente descarada no sabe, ni le interesa, la cantidad de leyes, límites y preceptos que pasa por alto. Tampoco sabe que Nefastófeles, el supuesto rico heredero que la deslumbra, será como una daga clavada en su bella espalda hasta que, ya de regreso en México, se encuentre con Pig, y llegue entonces la hora del Diablo Guardián. Pero lo que Violetta sí sabe es que es tiempo de tirar la toalla y cerrar los ojos, casi con ganas inconmensurables de que a todo se lo lleve el diablo; y que, generalmente, eso lo haces sólo cuando ya tocaste fondo.
Esta es una novela con caracteres totalmente desenfrenados y muy solitarios. Si bien la puedes leer rápido, pues es creativa e intrigante, por momentos te va a resultar excesiva y autodestructiva. Lamentablemente, la mezcla del idioma (español, inglés y “spanglish”) por parte de Violetta es un poco molesta. Además, el uso de un léxico inapropiado nos presenta un relato de tono callejero. A pesar de ello, el lector puede adentrarse profundamente en el drama psicológico de Violetta, quien seduce y cautiva al lector durante el transcurso de la novela, no por ser simpática, sino por la trama de la historia que es atrapante. Esta novela al final te dejará un sabor amargo. Según el autor, la trampa por el gusto de la trampa, la mentira dos veces mentirosa y el placer de lo enfermizo, acaso estos no serían los atributos laborales del Diablo Guardián? Xavier Velasco es nacido en San Angel, México. Desde temprana edad ejerce la escritura como un vicio secreto, que más tarde lo convenció de abandonar las carreras de Ciencias Políticas y Literatura, y así lanzarse a formas de vida que lo han llevado del motociclismo al paracaidismo, de la escritura rockera a la crónica noctámbula, de la publicidad al Infierno y del Infierno a la novela.
“Nunca dejes de ser optimista, una caída no es una derrota".
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