"Disco Eterno" (álbum "Sueño Stereo")
El año pasado inicié mi blog con uno de mis cantantes favoritos, con Gustavo Cerati, sin tener cómo saber que en ese año él caería en estado de coma. No hice ninguna nota al respecto, por falta de tiempo y por esperar verlo levantado y tener una nota más alegre de la que hablar, pero Cerati no se ha levantado y sentí que tenía una deuda con él, con su música.
He admirado a los Soda Stereo y a Cerati desde su Nada Personal (1985). Con sus posteriores discos -“Signos” (1986), “Doble Vida” (1988), “Canción Animal” (1990), etc.- se convirtieron en mi grupo favorito; no sólo sudamericano, no sólo por esta parte del mundo, sino a nivel mundial (hace un par de años hice un relato con los títulos de todas sus canciones desde el “Nada Personal” en adelante, que aunque, como algunos me dijeron, es medio cursi, lo comparto). Separado, aunque suene atrevido decirlo, sólo por el idioma de The Cure, U2, The Police, por mencionar a algunos grupos legendarios.
Hace unos pocos años, redescubriendo a Soda quedé maravillado por lo bueno que fue el último de sus discos con canciones originales “Sueño Stereo” (1995). “Disco eterno”, “Ángel eléctrico” y “Paseando por Roma” son para ser escuchadas en absoluto silencio y en plena oscuridad. Lo mismo se puede decir de varias de sus canciones como solista, de sus, por ejemplo, “Bocanada” (1999) y “Siempre es hoy” (2002).
La noticia de su estado de coma, como a muchos, me entristeció. Algunos excesos de su estilo de vida, como el fumar o medicarse desmedidamente, lo llevaron a ese estado. Imagino que Cerati, quien unos meses antes de lo que le pasó dijo “no tengo para nada la vida resuelta”, jamás, sin embargo, esperaba verse en una situación como ésta y vivía pensando en todo menos en la muerte, como hace todo el mundo.
Es como si tratáramos de obviar lo evidente. Casi nadie piensa en la muerte pese a ser algo que con absoluta seguridad enfrentaremos. Vivimos la vida como si la tuviéramos asegurada. Me pregunto qué haríamos si nos dijeran que nos queda sólo una semana de vida ¿dejaríamos pasar el tiempo sin estar con las personas que amamos y decirles cuánto lo hacemos? ¿Nos aferraríamos a lo material por sobre lo espiritual? ¿Relativizaríamos la justicia en lugar de buscar lo justo en cada cosa que hacemos, empezando por nosotros mismos? ¿Evitaríamos pensar en qué nos espera después de esta vida? Y, especialmente, ¿buscaríamos a Dios? ¿Dejaríamos de pensar que no importa si Dios existe o no, si nos ama o no, si nos juzga o no, aun cuando una respuesta afirmativa a todas esas preguntas sería lo más importante y realmente lo único trascendente en nuestras vidas?
Pensando en todo lo anterior, me pregunto ¿qué haría Cerati si, por milagro, se levantase completamente sano? ¿Sería el mismo de antes o su actitud ante la vida cambiaría? No lo sabemos. Mientras, queda esperar que Cerati despierte de ese sueño en el que ha quedado sumergido, y que, como dice el nombre de su última gira grupal, lo veamos volver.
En tanto, tenemos su música. Posteo una de sus canciones de Soda no tan sonada en Perú, pero que es una delicia escuchar: “Disco eterno” del álbum “Sueño Stereo”.
He admirado a los Soda Stereo y a Cerati desde su Nada Personal (1985). Con sus posteriores discos -“Signos” (1986), “Doble Vida” (1988), “Canción Animal” (1990), etc.- se convirtieron en mi grupo favorito; no sólo sudamericano, no sólo por esta parte del mundo, sino a nivel mundial (hace un par de años hice un relato con los títulos de todas sus canciones desde el “Nada Personal” en adelante, que aunque, como algunos me dijeron, es medio cursi, lo comparto). Separado, aunque suene atrevido decirlo, sólo por el idioma de The Cure, U2, The Police, por mencionar a algunos grupos legendarios.
Hace unos pocos años, redescubriendo a Soda quedé maravillado por lo bueno que fue el último de sus discos con canciones originales “Sueño Stereo” (1995). “Disco eterno”, “Ángel eléctrico” y “Paseando por Roma” son para ser escuchadas en absoluto silencio y en plena oscuridad. Lo mismo se puede decir de varias de sus canciones como solista, de sus, por ejemplo, “Bocanada” (1999) y “Siempre es hoy” (2002).
La noticia de su estado de coma, como a muchos, me entristeció. Algunos excesos de su estilo de vida, como el fumar o medicarse desmedidamente, lo llevaron a ese estado. Imagino que Cerati, quien unos meses antes de lo que le pasó dijo “no tengo para nada la vida resuelta”, jamás, sin embargo, esperaba verse en una situación como ésta y vivía pensando en todo menos en la muerte, como hace todo el mundo.
Es como si tratáramos de obviar lo evidente. Casi nadie piensa en la muerte pese a ser algo que con absoluta seguridad enfrentaremos. Vivimos la vida como si la tuviéramos asegurada. Me pregunto qué haríamos si nos dijeran que nos queda sólo una semana de vida ¿dejaríamos pasar el tiempo sin estar con las personas que amamos y decirles cuánto lo hacemos? ¿Nos aferraríamos a lo material por sobre lo espiritual? ¿Relativizaríamos la justicia en lugar de buscar lo justo en cada cosa que hacemos, empezando por nosotros mismos? ¿Evitaríamos pensar en qué nos espera después de esta vida? Y, especialmente, ¿buscaríamos a Dios? ¿Dejaríamos de pensar que no importa si Dios existe o no, si nos ama o no, si nos juzga o no, aun cuando una respuesta afirmativa a todas esas preguntas sería lo más importante y realmente lo único trascendente en nuestras vidas?
Pensando en todo lo anterior, me pregunto ¿qué haría Cerati si, por milagro, se levantase completamente sano? ¿Sería el mismo de antes o su actitud ante la vida cambiaría? No lo sabemos. Mientras, queda esperar que Cerati despierte de ese sueño en el que ha quedado sumergido, y que, como dice el nombre de su última gira grupal, lo veamos volver.
En tanto, tenemos su música. Posteo una de sus canciones de Soda no tan sonada en Perú, pero que es una delicia escuchar: “Disco eterno” del álbum “Sueño Stereo”.
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