viernes, 7 de diciembre de 2007

Soda de letras

x Carlos Tovar

Hice el siguiente relato con los títulos de las todas las canciones de Soda Stereo que figuran desde "Nada Personal" (1985) hasta "Sueño Stereo" (1995). Espero les guste.

"Cuando cae el sol, miro a través de mi persiana americana y compruebo que sigo aún en la cuidad de la furia. Decido salir a recorrer sus calles, a iniciar el rito de cada noche, a andar hacia donde pueda confundirme entre la gente, como un camaleón entre las rocas. Doy pasos ligeros, sin sobresaltos (como si estuviera paseando por Roma) imaginando que no existes al menos en momentos como éste en los que sueles dejarme solo. Y aunque hoy es sólo el séptimo día de tu partida, me parece que te hubieras ido hace un millón de años luz… ¿o será sólo quizá que en este día el tiempo se x-playó?

De pronto, en mi recorrido, como si llegara a mis ojos por obra de un zoom mágico, diviso una luna roja agazapada tras la cúpula de un templo, adornada por una crema de estrellas de aspecto moiré -similar a una ameba de cuerpos celestes- que hace remolinos a su alrededor. Remolinos que son como vientos huracanados que nacen del ojo de la tormenta creada por un ángel eléctrico quien, por pasar sus días observándonos y tratar de hacer que recordemos nuestra fe, siempre toma la ruta más larga de regreso al cielo, causando un efecto doppler a su paso.

Luego, ni un segundo después, llega a mis oídos el sonido de un disco eterno de música ligera que me invita a una danza rota, a un juego de seducción envuelto en un dulce sahumerio, a una terapia de amor intensiva bajo el ritmo de tus ojos. Pero tus ojos son ahora prófugos de mi mirada y evitan que nuestras imágenes retro (nuestros recuerdos, aquellos de 1990) hagan ecos sobre tus pupilas.

Decido alejarme de esa canción animal, que más parece compuesta para una danza entre caníbales que bebieron afrodisíacos y se comieron el cuerpo del delito sin dejar, siquiera, un corazón delator como testigo. Me aparto de la canción (para no quejarme después de que ella usó mi cabeza como un revolver) procurando no dejar signos de mis pasos, ni las texturas de la planta de mis pies sobre el claroscuro de la acera, como nos los dejaría sobre el mar la caída de un hombre al agua.

Huyo para evitar un final triste, un final caja negra. Huyo, pero luego, en el borde de la noche, me doy cuento que aún estoy azulado y que necesitaré más que un té para tres (o un pinic en el 4º B) para sentirme mejor… y que, si no fuera porque no se trata éste de un día común, podría decir que ya no siento nada personal, que ya fue... Y sólo me alienta pensar que, cuando pase el temblor, retomaré la secuencia inicial de mis sueños, para empezar, otra vez, la primavera cero de mis días…"

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gustó y casi asustó, parece el relato de una terrible tormenta y no se sabe si llegará la calma o si no saldrá vivo de ella