![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGV5EcAZBTA2rA_0hGNShHfG591NrGW4B4-rz5-biiLWLvA7kwxqfXZP_gDFfFZuK95XX9hcJIDdI3q1rSfLcJb85UWxt61TTHS09nJAkCcoBitOhHvwxQAlM6HzsaU5ZcNwYEu37KoNs/s320/solamarillo.png)
x Carlos Tovar
Acto 1:
- Hace mucho calor.
- Demasiado. Mira cómo quema el sol. Estoy como un camarón.
- Y mira la playa, está hermosa. Lástima que haya mucha gente.
- Sí, demasiada. Tendremos que irnos a otra playa.
- Demasiado. Mira cómo quema el sol. Estoy como un camarón.
- Y mira la playa, está hermosa. Lástima que haya mucha gente.
- Sí, demasiada. Tendremos que irnos a otra playa.
- Hay que andar con cuidado... ¿Ves ese niño?
- Sí, claro.
- Pues creo que es el mismo niño que le pisó el brazo a Gregorio. El brazo izquierdo. Y lo que es peor es que después de pisárselo fue a llamar a sus padres. Gregorio, con el brazo lastimado, apenas pudo escapar.
- Mejor nos vamos. Ahí vienen dos niños.
- Sí, claro.
- Pues creo que es el mismo niño que le pisó el brazo a Gregorio. El brazo izquierdo. Y lo que es peor es que después de pisárselo fue a llamar a sus padres. Gregorio, con el brazo lastimado, apenas pudo escapar.
- Mejor nos vamos. Ahí vienen dos niños.
Acto 2:
- ¿Bartolomé, estás seguro que estaban acá?
- Sí, te aseguro que los cangrejos estaban justo ahí donde estás parado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario