Hay un aspecto pocas veces mencionado sobre Jesús y es su actitud hacia las mujeres. Hoy en el día internacional de la mujer, me gustaría resaltarlo.
No hay que ser un experto para saber que los movimientos a favor de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer han tenido recién significativos progresos durante pocas décadas atrás. Por ejemplo, menos de un siglo atrás la mujer no tenía derecho a votar. En Inglaterra la lucha por el voto demoró más de un siglo. La opinión de una mujer no importaba.
No es difícil imaginar que dos mil años atrás la situación de la mujer era mucho peor.
En el mundo griego, por ejemplo, la mujer era considerada inferior al hombre. No era “ciudadana” sino “esposa de un ciudadano”. Ese pensamiento predominaba incluso entre llamados sabios griegos. Entre los judíos la situación de la mujer no era, por cierto, mejor. La palabra y opinión de una mujer no valía nada. Un hombre no podía rebajarse a hablar con una mujer. El judío era “Hijo de Abraham”, la judía no.
Por eso mismo es absolutamente revolucionaria la actitud de Cristo hacia las mujeres. Jesús llamó “Hija de Abraham” a una mujer a la que sanó, cosa inaudita para un judío. Hablaba con las mujeres del mismo modo que los judíos se dirigían a otros hombres. En el pasaje de Jesús con la mujer samaria, Jesús rompe dos convencionalismos. Conversa públicamente con una persona samaria (los samarios eran enemigos de los judíos) siendo esta persona, además, una mujer. Entre los discípulos que acompañaban a Jesús de un sitio a otro estaban María Magdalena, Juana y Susana. Las mujeres tienen el privilegio de ser las primeras testigos de su resurrección y ser las encargadas de avisar al resto de los apóstoles que Cristo había resucitado. Existen muchos otros pasajes, muchos de ellos más sutiles, que revelan la actitud de Cristo hacia las mujeres.
No hay que ser un experto para saber que los movimientos a favor de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer han tenido recién significativos progresos durante pocas décadas atrás. Por ejemplo, menos de un siglo atrás la mujer no tenía derecho a votar. En Inglaterra la lucha por el voto demoró más de un siglo. La opinión de una mujer no importaba.
No es difícil imaginar que dos mil años atrás la situación de la mujer era mucho peor.
En el mundo griego, por ejemplo, la mujer era considerada inferior al hombre. No era “ciudadana” sino “esposa de un ciudadano”. Ese pensamiento predominaba incluso entre llamados sabios griegos. Entre los judíos la situación de la mujer no era, por cierto, mejor. La palabra y opinión de una mujer no valía nada. Un hombre no podía rebajarse a hablar con una mujer. El judío era “Hijo de Abraham”, la judía no.
Por eso mismo es absolutamente revolucionaria la actitud de Cristo hacia las mujeres. Jesús llamó “Hija de Abraham” a una mujer a la que sanó, cosa inaudita para un judío. Hablaba con las mujeres del mismo modo que los judíos se dirigían a otros hombres. En el pasaje de Jesús con la mujer samaria, Jesús rompe dos convencionalismos. Conversa públicamente con una persona samaria (los samarios eran enemigos de los judíos) siendo esta persona, además, una mujer. Entre los discípulos que acompañaban a Jesús de un sitio a otro estaban María Magdalena, Juana y Susana. Las mujeres tienen el privilegio de ser las primeras testigos de su resurrección y ser las encargadas de avisar al resto de los apóstoles que Cristo había resucitado. Existen muchos otros pasajes, muchos de ellos más sutiles, que revelan la actitud de Cristo hacia las mujeres.
Tal vez ahora la actitud de Jesús hacia las mujeres no nos asombre, pero dos mil años atrás era algo impensable. Algunos dirán que Cristo aprendió eso de algún otro lugar. ¿De dónde?, me pregunto. ¿De la cultura romana o de la griega, que eran las civilizaciones predominantes de su época? Es obvio que no, porque ya sabemos que en el mundo helénico la mujer era menos que un ciudadano. Para mí, la respuesta es simple. Jesús tuvo esa actitud hacia la mujer porque él es su creador y creador de todas las cosas. Dios mismo en la tierra despojado voluntariamente de su deidad. Y él creó al hombre y a la mujer, a ambos, a su imagen y semejanza. Creo en eso como en el aire que respiro.
6 comentarios:
Que lindo post!!! especialmente en un día como este! Ya quisiera yo tener un pokito de tu fe y creer en algo.-.
Gracias por conmemorar este día con nosotras, desde tu fe... Eso sí, me gustaría resaltar que en este día se conmemora a todas aquellas que lucharon y consiguieron nuestro derecho a la ciudadanía, a la educación paritaria, etc... Lamentablemente, no vivimos aun en igualdad de derechos y por tanto, quedan muchas luchas por librar... Tengo el convencimiento de que la equidad es una condición indispensable para mejorara la vida de las mujeres y hombres que habitamos este planeta...
Carlos!.
Muy bonito tu Post. Pienso que Jesús fue el primer "feminista" ya que distinguió la igualdad del hombre con la mujer en su Dignidad.
Y si pues, soy de la mancha de Maria Magdalena si pues ..Sí.
Saludos.
Marina Becerra.
Gracias Maga! Espero la hayas pasado bien. Lo único que puedo decirte sobre la fe es que se puede cultivar. Todo tipo de fe.
Gracias a ti nadaaún. Completamente de acuerdo contigo.
Marina, gracias por tu comentario!
Aunque no estoy seguro que se pueda calificar de feminista a Cristo.
Me explico. Jesús no fue un luchador social en el sentido convencional de la palabra(al menos yo, desde mi fe, no lo veo así). Para un cristiano los problemas de la sociedad parten del corazón del ser humano. Para mí lo que ocurre en la sociedad, sus males, son un reflejo de lo que ocurre a nivel individual. En cada uno de nosotros. Si las células están enfermas, el cuerpo u organismo que conforman lo estará también. Por ello, para un cristiano, el cambio fundamental debe empezar en la persona, en cada uno de nosotros (no quiero decir con eso que no debamos luchar u oponernos a males sociales como la discriminación u marginación y demás males de la sociedad).
Saludos!
Carlos
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