
Hace poco, junto con el GM Pascal Charbonneau y John Fernandez, Shahade ha recreado una partida ficticia entre Obama y McCain. Al final de ella, Obama, quien irónicamente conduce las piezas blancas, da jaque mate a McCain, cuyo rey perece en el centro del tablero, mientras sus piezas, impotentes, son meros testigos de la masacre.
Algo así debe sentirse McCain en estos días, esperando su final. Después del colapso del sistema financiero americano, sus esperanzas de ganar se han reducido considerablemente. Y parece que sus compañeros de partido, los congresistas republicanos, no les queda otra cosa que mirar su fin sin hacer nada por salvarlo de la catástrofe.

No hay comentarios:
Publicar un comentario