lunes, 1 de septiembre de 2008

El Águila a los 40

Hace poco me contaron una historia, que me pareció tan interesante como increíble.

Según esa historia, al llegar a los 40, las águilas enfrentan serios problemas para sobrevivir. El pico y las garras se les curvan hacia abajo, con lo cual la tarea de cazar para sobrevivir se les complica en demasía. Es en ese momento que deben tomar una crucial decisión. O se someten a una renovación dolorosa o se dejan morir.

El águila que opta por seguir viviendo, se refugia en lo alto de una montaña, en donde se destroza el pico golpeándoselo contra las rocas. Ello permite que le salga uno nuevo, con el cual arranca y destroza sus viejas garras. Con un pico y garras nuevas el águila puede seguir su vuelo diario de cazadora por 30 años más. Se trata de un proceso muy doloroso, claro, pero el rédito es enorme: prolonga su vida por muchos años.

La historia es un canto a la vida, pero todo parece indicar que es falsa (por ejemplo, uno de muchos cuestionamientos es: ¿de qué viviría el águila durante todo el tiempo que supuestamente dura el proceso de regeneración?)… Se trataría, nada más y nada menos, de una leyenda urbana. Una historia reforzada por el mundo de la web, y que, al parecer, no se encuentra en ninguna enciclopedia del reino animal…

En cualquier caso, al escucharla, por más inverosímil que sea, es imposible que no nos haga reflexionar un poco...

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