viernes, 8 de enero de 2010

El caso de la FDPA: Hay que saber cuándo abandonar


Asurancetúrix, el bardo de la aldea gala de Asterix, tiene, como la historieta de este último personaje cuenta, las opiniones divididas sobre su talento para tocar la lira: él piensa que es genial y los demás que es un desastre. Me temo que algo así está pasando con el Presidente de la Federación Deportiva Peruana de Ajedrez (FDPA), Milton Iturry, y la comunidad ajedrecística peruana. Y como el pintoresco bardo, Iturry no se da por aludido.

Comprensiblemente, la reciente noticia de desafiliación de Perú de la FIDE, por incumplimiento de pago por parte de la FDPA, ha terminado de derramar el vaso de la paciencia de la comunidad ajedrecista peruana, la cual, a la cabeza de Julio Granda, ha pedido que su presidente dé un paso al costado y deje el cargo. No se trata sólo de un simple descuido, sino de uno que refleja mucho de lo que está detrás: la escasa capacidad gerencial de la actual FDPA. [Antes de proseguir, debo decir que no me agrada lapidar a nadie, y esta nota en nada lo pretende, pero tampoco me siento cómodo quedándome callado en un tema como éste, que viene afectando la carrera de una serie de talentosos jugadores peruanos].

Ya en el 2008 Iturry causó una serie de críticas entre la comunidad ajedrecística peruana porque el Perú, por primera vez en muchísimos años, quedó fuera de las Olimpiadas de Ajedrez celebradas ese año (ver). En aquella oportunidad, lejos de aceptar su error, a través de un comunicado en la página web de la FDPA, Iturry dio explicaciones insatisfactorias y confusas y, en una reacción inverosímil, trató de echar la culpa a dos personas que nada tenían que ver con la directiva y mucho menos con la responsabilidad de gestionar y obtener los recursos necesarios para hacer posible la participación de Perú en las Olimpiadas en Dresde.

En el Perú, los recursos para el deporte ciencia han sido siempre escasos, pero todos los presidentes previos a Iturry consiguieron enviar al equipo peruano a las olimpiadas de turno. Si habían cosas que no podía dejar de hacer una directiva de la FDPA, una de ellas era, precisamente, asegurar la participación del equipo peruano en las olimpiadas. Pero la actual federación fue incapaz de enviar un equipo y ahora, como confirmando esa incapacidad, ocasiona que la FIDE nos desafilie.

Estas dos cosas, la ausencia de Perú en las últimas olimpiadas y la desafiliación, no son hechos aislados. Para nada lo son. Actualmente hay, por ejemplo, también gran descontento entre los ajedrecistas locales ante el bajo número de torneos. La actividad ajedrecista local se ha reducido y no ha aumentado, contrariamente a lo indicado por Iturry. Los resultados logrados por los hermanos Cori y Emilio Córdova nada tienen que ver con su gestión sino, más bien, son productos del esfuerzo individual o familiar de estos jugadores. Sin embargo, ayer, en una entrevista que un diario local le hizo a Iturry, leí con asombro cómo éste acreditaba a su gestión las conquistas de los hermanos Cori, diciendo: “En mi periodo ha habido grandes logros, como los conseguidos por los hermanos Cori” (ver). La verdad es que la actual directiva de la federación de ajedrez tiene tanto mérito en los logros de los hermanos Cori como lo tiene en el de Kina Malpartida, boxeadora peruana quien hace un año se convirtió en campeona mundial en la categoría superpluma.

Iturry ha pedido disculpas diciendo que este impase (la desafiliación) no volverá a suceder, pero ajedrecistas destacados, -basta mencionar entre ellos a Julio Granda, la voz más reconocida-, han pedido su cabeza. El día de ayer al arribar a Lima, Julio ha declarado: “Me parece que es una gran irresponsabilidad de su parte. Él (Iturry) lo sabía con anticipación. Esta es una gestión que no tiene el mínimo apoyo de los ajedrecistas y como tal, lo más sensato sería renunciar” (ver). En otra entrevista, Granda cuestiona también la forma en la que fue elegido Iturry, haciendo referencia a un tema que es vox populi (ver).

Lo increíble del caso es que Iturry no parece darse por aludido por el descontento que ha generado y dice que seguirá a la cabeza de la FDPA. Yo también creo que debe dar un paso al costado. Sería una actitud elegante y una muestra mínima de sensibilidad ante el malestar de la comunidad ajedrecística por todo lo que va de su gestión. Sería un grave error de su parte mantenerse en el cargo, haciendo oídos sordos, cuando casi toda la comunidad ajedrecista peruana pide que se vaya. Sería como seguir jugando una partida absolutamente perdida, con sólo el rey y ninguna otra ficha, como demostrando ignorancia respecto de las leyes del ajedrez y una falta de respeto a su rival.

Iturry debería evitar hacer con la comunidad ajedrecista lo que Asurancetúrix hace con la aldea gala: persistir en tocar su lira aun cuando toda su aldea le pide que no lo haga. En el ajedrez (y en la vida) hay que saber cuándo abandonar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

iturry es al ajedrez peruano
como burga lo es al futbol peruano

Renzo Gutiérrez dijo...

Y por lo tanto no va a renunciar.

Unknown dijo...

Es una pena ver como existen estos tipos de personas en las dirigencias de las federaciones deportivas del Peru, son realmente despreciables y nadie hace nada por revertir estas situaciones.
Miguel Nue