martes, 21 de agosto de 2007

Mentiras de Fútbol

x Carlos Tovar

Para empezar quiero decir que no tengo nada contra el fútbol. Lo considero uno de los deportes más espectaculares y apasionantes del mundo. Lo que no me gusta es la cultura que rodea al fútbol. Me disgusta toda esa cultura formada por periodistas futbolísticos (no deportivos porque con las justas saben de fútbol, salvo honrosas excepciones), por acalorados debates en torno a “mi equipo es el mejor” y fanfarronería en torno a éxitos ajenos (porque los éxitos de tu equipo no son tuyos causita, son de tu equipo).

Como peruano tengo muchas más razones para que me disguste la cultura futbolística. Acá la fanfarronería propia de la cultura que ronda en este deporte es más patética que en ningún otro lugar del mundo (permítanme esa fanfarronería). Si no eres peruano como yo, tengo que contarte que Perú no va a un mundial desde España 82 (ya cumplimos las Bodas de Plata y parece ser que nos iremos también por las de Oro); que vivimos soñando con México 70 (donde Perú tuvo su mejor actuación en los mundiales); que no paramos de recordar los goles del “Nene” Cubillas (considerado por muchos el mejor futbolista peruano de todos los tiempos ...Ya sé, ya sé, eso no te dice nada, pero este tío sí era bueno) y el partido de Perú-Holanda de Argentina 78 (que curiosamente fue empate). Tampoco dejaremos de hablar de las clasificaciones que se nos escaparon durante los últimos 26 años (¿Es que hasta ahora nadie ha notado que Perú juega las Eliminatorias, mientras el resto de Sudamérica las Clasificatorias?) y con las que con toda seguridad se nos escaparán de las manos en los años venideros.

Esa es nuestra realidad. Vivimos tapando el Sol con un dedo. Que “Argentina nos derrotó en Argentina 78 porque Quiroga, que era argentino, se vendió”, que “Cierto que en España 82 nos eliminaron en la primera ronda, pero le empatamos a Italia que terminó siendo campeón del mundo en ese mundial”, que “A este equipo le ganaremos porque tenemos más historia futbolística que él” (Prehistoria futbolística deberíamos decir, porque con seguridad eso fue hace tanto tiempo que nadie se acuerda de ello), etc., etc. y etc. Muchas frases para esconder nuestra realidad. La realidad que nos dice a gritos que estamos en el último estrato futbolístico en Sudamérica; que varios equipos hace mucho tiempo nos superaron (pasó con el Voleibol femenino en el que éramos potencia mundial y no iba a pasar con el Fútbol!) y que gustar del fútbol y ser al mismo tiempo hincha de algún equipo peruano es una de las más grandes contradicciones que existen en las cabezas de los peruanos, los cuales (me incluyo) ya tenemos suficientes contradicciones que, si alguien se tomara la molestia de registrarlas en un libro, el resultado sería un libro tan grueso como El Quijote, o el libro de Petete. Gustar del fútbol y ser al mismo tiempo fanático de un equipo peruano o de la selección nacional (no creo en patriotismos baratos, tampoco en los caros) es como gustar del surf y ser admirador del equipo nacional de ese deporte de Suiza o Bolivia (o de algún otro país sin mar). Si a alguien le gusta el fútbol ¿cómo puede “soplarse” los partidos de los Torneos Apertura y Clausura?. Que alguien que ame el fútbol sea admirador del Barza o del Boca, vaya, sí se entiende, ¿pero lo anterior? No hay explicación lógica que se me ocurra.

Precisamente de la lógica quería hablar. Se dice que el fútbol no tiene lógica. Quizás esa sea una de las mentiras más difundidas en la cultura futbolística, toda llena de exageraciones y distorsiones de la realidad. De fanfarronadas patrioteras y alienación. Una mentira más para no aceptar la realidad (cuando escribo estas líneas, se me ocurre que esa frase se inventó en Perú). Si perdemos....perdón, si el equipo peruano pierde, lo más fácil es decir “jugamos bien pero perdimos porque el fútbol, compadre, no tiene lógica”. Que un resultado sea difícil de predecir no quiere decir que dicho resultado carezca de lógica. Será incluso más difícil de predecir, si quien hace la predicción sabe tanto de fútbol como yo. Y será prácticamente imposible, si quien lo hace es uno de los comentaristas de fútbol (repito, salvo honrosas excepciones contadas con los dedos de la mano o del pie) que pululan en el mundo de la radio y televisión peruana.

Hasta donde yo sé, gana quien hace más goles. Esa es una premisa básica de la que se debe partir. El tema es que no se puede predecir cuántos goles hará cada equipo, tan sólo prever quien tiene más posibilidades (y probabilidades) de hacerlo. La predicción, por otro lado, es en estos casos un asunto muy complicado cuando en las variables explicativas entran no sólo elementos como la condición física y habilidad de cada uno de los jugadores, sino también la psicología y el estado anímico de ellos (creo, por ejemplo, que si alguien quisiera predecir un resultado en el que juegue un equipo peruano, debería ponderar más este factor que en el resto de equipos... y con un signo negativo). Hay claro variables como el azar y la suerte. Existen en toda actividad humana. El ajedrez como deporte tampoco está exento de ello, aunque lo tiene en mucha menor proporción que cualquier otra disciplina deportiva. La tarea de predicción en el fútbol, especialmente en encuentros entre equipos muy parejos, siempre será una tarea penosa. La explicación, sin embargo, debería ser una tarea menos complicada, o al menos completamente factible. Si bien en la fase predictiva la lógica juega un papel importante, en la fase explicativa juega un papel decisivo. Debería ser totalmente factible explicar el resultado de un partido de fútbol. Explicar porqué un equipo fue capaz de hacer más goles que el otro, porqué fue capaz de definir en los momentos que tenía que definir, y porqué un jugador perdió la oportunidad de hacer un gol (eso es posible o acaso ¿cuándo un futbolista patea un balón, la trayectoria de éste viola las leyes de la Física como para no poder explicar por qué el balón entró o no entró en el arco?), aun cuando ello implique explicar más aspectos humanos que meramente técnicos. De una correcta explicación de lo que pasó en el gramado, se puede aprender más que de las predicciones que se hacen antes del partido. Las predicciones sólo sirven para sustentar victorias virtuales, las explicaciones para entender los resultados reales. Ante la derrota siempre es más fácil cerrar los ojos y decir “jugamos mejor pero perdimos... y es que el fútbol no tiene lógica”. En el ajedrez existe un viejo y lapidario refrán (atribuido al mítico ajedrecista J. R. Capablanca) que explica porqué los mejores jugadores ganan incluso partidas en las que se encuentran perdidos y ese dice: “el buen jugador siempre tiene suerte”. Si no se acepta que se perdió porque algo se hizo mal, entonces no habrá nada que corregir y las cosas seguirán igual. Imagino que muchos preferirán vivir de las predicciones porque en las mismas David puede vencer Goliat una y otra vez (en ellas Goliat es tan tonto como para no usar, la segunda vez, un casco que le cubra toda la frente, o Aquiles tan ingenuo como para dejar nuevamente desprotegido su talón) y disfrutar con ellas de victorias que nunca existirán. Las explicaciones suelen ser más amargas (especialmente si eres hincha de un equipo peruano) pero son a largo plazo las únicas que nos hablan de lo que realmente ocurrió y, quien sabe, nos puedan ayudar avanzar y salir del hoyo.

http://www.nidodeerratas.com/espanol/varios/varios03.php

1 comentario:

Anónimo dijo...

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