viernes, 24 de agosto de 2007

El Campeón y su Estilo

x Carlos Tovar

A quienes aman la belleza de la lógica y la lucha constante de ideas.

"Los genios no deben morir".
José y Nacho Cano.



Recuerdo la primera vez que leí un artículo sobre Bobby Fischer allá a mediados de los 80’s. El artículo era parte de una excelente serie titulada “Los Campeones y sus Estilos” escrita por Luis Aguilar para el Diario El Comercio y llevaba por título “Fischer: cálculo y análisis incomparables”. El artículo contenía la primera partida del famoso Match Fischer-Larsen celebrado en la cuidad de Denver en 1971, en el cual el genio americano arrasó al jugador danés 6-0.

Posteriormente descubrí que esta asombrosa partida tenía elementos típicos del estilo de juego de Bobby Fischer: Una excelente preparación teórica en la apertura, un medio juego agresivo y dinámico, y la precisión de una máquina en el final de juego. La partida contenía también otro elemento común en muchas de sus partidas: una sorprendente jugada intermedia, la que había escapado a los cálculos de su rival, pero que él había visto con muchas jugadas de anticipación.

Pero no fue sólo la belleza de esa partida lo único que me asombró, fue también saber que aquel extraordinario jugador había dejado el ajedrez una vez que alcanzó el cetro mundial a la edad de 29 años, habiendo arrasado a su paso a toda la maquinaria soviética.

Nadie podía prever que veinte años después, en 1992, Fischer dejaría su encierro para jugar un match con su gran rival de antaño Boris Spassky. Naturalmente, no era el mismo Fischer de antes, pero, como antaño, concitó la atención de la prensa mundial y trajo remembranzas de sus grandes hazañas ajedrecísticas a inicios de la década de los 70’s.

Más de una década después Fischer sería nuevamente noticia, al ser detenido en el aeropuerto de Naroto por las autoridades japonesas de inmigración, quienes adujeron que su pasaporte había caducado. Luego de ser puesto en libertad Fischer se enrocó en Islandia, país que le otorgó la nacionalidad.

Aún después de tantos años Bobby es un tema vigente en el mundo del ajedrez. Los que nunca vieron una sola partida de Fischer se preguntarán: ¿Cuál era el estilo de juego de Bobby Fischer? Precisamente de eso se trata este breve artículo.

No es novedad para nadie que el estilo de Fischer sea considerado racional y lógico a lo Capablanca. Sus partidas son un excelente ejemplo de sencillez y eficacia, donde los movimientos parecen seguir un único plan maestro concebido una vez que la apertura ha quedado definida. No obstante, no falta quienes sostienen que el estilo de Fischer es táctico. Sospecho que parte de la “culpa” de esto la tiene el gran Pablo Morán, autor español de exitosas biografías ajedrecistas. En efecto, Morán hace una maravillosa selección de partidas de corte táctico en su libro “Bobby Fischer: su vida y sus partidas”. Desde luego, Fischer tenía un enorme talento táctico, sin embargo prefería las posiciones claras a las posiciones de doble filo. En el primer tipo de posiciones Bobby desplegaba su mayor talento ajedrecístico.

Muchas de las partidas de Fischer dan la grata impresión de fluir naturalmente a través de una secuencia lógica de jugadas, de un plan concebido desde casi finalizada la apertura hasta el final. Es decir, un estilo lineal. El estilo lineal se encuentra también en varias partidas de Capablanca y algunas de Karpov (curiosamente Fischer, Capablanca y Karpov son considerados también los más grandes jugadores de finales de todos los tiempos).

Según Harry Golombek el juego de Fischer se vio altamente influenciado por el juego de Capablanca. Ciertamente, el juego de Fischer era sumamente preciso y armónico, como otrora fuera el juego de Capablanca. Como solía hacer el genial cubano, y posteriormente Karpov, Fischer iba mejorando lenta pero consistentemente su ventaja posicional durante un juego, llegando a un final superior. No obstante, si en el medio juego surgía una posibilidad matemáticamente clara de derrotar a sus rivales, Bobby la encontraba sin vacilación. Además de las partidas de Capablanca, Fischer se nutrió de las partidas de Steinitz, ajedrecista austriaco y primer campeón mundial de ajedrez, y de su compatriota americano Paul Morphy, el más grande genio ajedrecístico del siglo diecinueve. Como resultado de ello, Fischer desarrolló un estilo racional y lógico, con tendencia hacia variantes concretas.

R. Byrne hace un interesante comentario sobre el juego de Fischer en el prólogo del libro de Mednis “Como derrotar a Bobby Fischer”:

“Cuando quiera que él [Fischer] se enfrenta a la decisión de elegir entre un promisorio medio juego de ataque u obtener una pequeña pero clara ventaja de final de juego, él invariablemente elige la segunda opción”.

En ese aspecto, la concepción de juego de Bobby es muy similar a la del formidable Karpov. No sorprende que Karpov haya afirmado algo muy parecido sobre su propio juego. En su libro sobre “Estrategia Ajedrecística Ganadora”, Seirawan cita una obvia confesión de Karpov:

“Un juego puede ser continuado de dos formas: una de ellas es con secuencias de bellos golpes tácticos que derivan a variantes que no permiten a un preciso cálculo, y la otra a una clara presión posicional que conlleva a un final de juego con microscópicas oportunidades de victoria… Yo escogería esta última opción sin pensarlo dos veces”.

Lo mismo pude ser dicho también del genial Capablanca. Sin embargo, el juego de Fischer era mucho más dinámico y agresivo que el de Capablanca o Karpov. Según el GM checo Ludek Pachman, Fischer poseía un estilo activo-posicional, siempre en busca de contrajuego. Según Pachman, era como si Fischer considerara indigna una defensa sin contrajuego.

La referencia por posiciones claras y con ventaja en el final de juego no quiere decir que Fischer no tenga un enorme talento táctico. De hecho, su talento táctico era tan sorprendente que muchos lo consideran merecidamente entre la selección de los mejores jugadores tácticos de todos los tiempos, junto con Alekhine, Tal y Kasparov! Lo que sucede es que Fischer mostraba una preferencia hacia posiciones claras en las que un cálculo preciso, donde él brillaba como ningún otro, le indicase el camino a la victoria. Según Botvinik, Fischer era un virtuoso del cálculo de variantes. Treinta años después de enfrentarse a Bobby en la Olimpiada de Varna 1962, Botvinik recordaría aún asombrado: “Fischer refutó sobre el tablero mi larga y cuidadosa preparación casera” diría el patriarca ruso en 1992.

En las partidas de Fischer las variantes tácticas surgían como resultado de la consecución de una posición ventajosa obtenida tras un juego preciso. Como una vez Bobby dijo: “las posiciones tácticas surgen de una posición superior”. Mientras Tal buscaba complicar sus partidas con la seguridad que en la maraña de complicaciones su extraordinaria fantasía e intuición le permitirían salir airoso con un golpe táctico, Fischer gustaba de obtener posiciones claras y ganar paulatinamente una mejor posición. Entonces, cuando los frutos de su plan estaban maduros, es decir, cuando conseguía una mejor posición, era capaz de rematar la partida al más puro estilo de los mejores jugadores combinativos de todos los tiempos, llámense éstos Alekhine o Tal.

Como consecuencia de su enfoque de juego, en las partidas de Fischer los sacrificios de material solían, por lo general, ocurrir sólo cuando obtenía una clara compensación por ello, por mínima que ella sea. En cambio, jugadores de estilo táctico como Tal o Kasparov efectuaban sacrificios de material si veían mejores posibilidades prácticas de ganar, al llevar a sus adversarios a posiciones complicadas donde se sentían como peces en el agua. Sacrificando material, Tal sabia que podía llegar a dar mate a su rival (y normalmente lo hacía!) quien se perdía en el mar de complicaciones que Tal le ponía al frente.

Las partidas de Tal o Kasparov podrían no resistir al análisis post-mortem, pero estaban llenas de magia y estética, pero una estética distinta a la que se encuentra en las partidas de Fischer o Capablanca. Fischer decía: “Sólo después de un juego preciso puede surgir algo artístico”. Para Bobby la estética del juego estaba íntimamente relacionada a la exactitud de la partida. Más aún, estaba supeditada a dicha exactitud. Desde su punto de vista, un juego no podía ser bello si era inexacto. Obviamente, su concepto de estética es cercano al de Capablanca y difiere del de Alekhine, Tal, y Kasparov. Si nos remontáramos al siglo XIX, el concepto de estética de Fischer sería similar al concepto de estética de Morphy, pero se distinguiría del de Anderssen.

En una posición de ataque por ejemplo, Fischer, a diferencia del genial ogro de Bakú y del mago de Riga, solía sacrificar material únicamente si con ello daba mate al rey de su rival u obtenía una posición ganadora. En esos casos jugaba con una precisión asombrosa parecida a la de un autómata. Si en una variante de sacrificio de material Fischer no veía una continuación clara, optaba por otro camino; por uno claro y concreto. Consecuentemente, cuando era atacado, Fischer solía aceptar los peones sacrificados por su rival si no veía una razón concreta para temer por ello. Fischer era también famoso por aceptar “riesgosos” peones de gambito. No sorprende entonces que en su momento haya revitalizado líneas como 7... Db6!? en la variante Najdorf, o que aceptara gustosamente el gambito de peón otorgado por las negras en el ataque Marshall.

En este aspecto Fischer se distingue de Karpov, quien normalmente evita tomar cualquier complicación por mínima que ésta sea. Otro aspecto que los distingue es la actitud en cada partida. Fischer jugaba a ganar siempre, con blancas o con negras. Es bien conocido en cambio que la filosofía de Karpov ante un fuerte rival era ganar con blancas y empatar con negras. Fischer comenta que un punto crítico en su carrera fue cuando se preguntó “¿Por qué las negras tienen que contentarse con el empate?”

La sed de victoria de Bobby en cada partida explica por qué los esquemas de aperturas empleados por él con negras hayan sido tan combativos. Con negras Fischer solía elegir combativos defensas como la Siciliana contra e4 o India de Rey, Benoni, Gruenfeld contra d4. En este aspecto, el genio americano se parece más a Kasparov que a Karpov: Al igual que Kasparov, Fischer desplegaba mucha energía en cada partida.

Su ambición por la victoria explica porque aún cuando el estilo claro y de alto contenido estratégico de Bobby encajaba perfectamente para jugar la Ruy López con negras, tal como solía hacer Karpov contra e4, Bobby prefería casi invariablemente la Siciliana a la Ruy López. ¿Por que? Porque jugando la Siciliana Fischer tenia mejores chances de ganar que jugando la Ruy López. Fischer era como un Karpov pero con muchísima mayor dosis de agresividad, ambición y precisión en el cálculo de variantes.

Fischer no temía someter a su rey a un fuerte ataque, si estimaba que el ataque era temporal y tenía a cambio contrajuego. Casi invariablemente el ataque de Fischer llegaba antes que el de su rival. En gran parte porque Bobby tenia un excelente dominio del factor tiempo. Según Gligoric, Fischer ha sido el ajedrecista con mejor dominio del factor tiempo en toda la historia del ajedrez. Por su parte, Taimanov alguna vez dijo:

“Fischer sentía a tal punto la armonía de la posición que distribuía sus piezas en el tablero, de tal forma que éstas, aunque parezca asombroso, llegaban al lugar necesario en el momento justo.”

Otra característica muy conocida de Bobby eran sus grandes conocimientos teóricos, casi enciclopédicos, sobre teoría ajedrecística. Fischer ‘devoraba’ todo lo que a literatura ajedrecística se refería y estaba al tanto de todas la novedades del momento. Gligoric confesaría: “Fischer me abrumaba con sus conocimientos”. Según el jugador yugoslavo: “Bobby conocía más de todos los jugadores del pasado que todo el resto de ajedrecistas juntos”. Partidas del pasado, partidas entre mujeres, y partidas por correspondencia formaban parte de su material de trabajo. Taimanov dijo que:

“[Fischer] sabía mucho de ajedrez aún desde joven, pero con los años sus conocimientos ajedrecísticos vinieron a ser simplemente infinitos.”

Naturalmente Fischer estaba dotado de una extraordinaria memoria que le facilitaba el trabajo de acumular innumerable cantidad líneas de apertura. Pero principalmente Bobby estudiaba concienzudamente las ideas subyacentes a cada línea. Su lema era: “Entiende las ideas, nunca memorices líneas”. Es inimaginable pensar hasta donde hubieran llegado los grandes conocimientos ajedrecísticos de Bobby, si hubiera tenido a su disposición toda la informática con que ahora cuentan los GM actuales.

Si bien Bobby era sumamente estudioso y estaba siempre al tanto de cuanta novedad teórica se empleaba, sólo confiaba en sus propios análisis. Ese fue un rasgo que lo caracterizó desde que empezó a enfrentarse a la élite mundial del ajedrez, cuando contaba tan sólo con 15 años de edad. Ciertamente Bobby tenía una impresionante confianza en sí mismo, absoluta determinación, y una arrolladora personalidad que atemorizaba incluso a fortísimos rivales.

Otra característica muy conocida de Fischer es la fluidez con la cual jugaba al ajedrez. En posiciones muy complicadas, Fischer raramente empleaba más de 20 minutos, aún en la posición más crítica de una partida. Esta asombrosa virtud le permitía llegar con más minutos de sobra que sus rivales al control de tiempo. ¿Cómo le era posible ello? En primer lugar, Fischer poseía una extraordinaria intuición para encontrar la claridad en posiciones complicadas. En segundo lugar, Fischer conocía de memoria cientos de posiciones de medio juego, las cuales las jugaba casi automáticamente. Según Polugavesky:

“[Fischer] conoce un enorme número de posiciones de medio juego ... las cuales él ha estudiado minuciosamente.”

En efecto, el entendimiento de Fischer del ajedrez sobrepasaba al de sus rivales, lo que le permitía analizar con más rapidez las distintas posiciones que surgían en el tablero. Todo ello, naturalmente, permitía a Bobby jugar con mucha fluidez. Ello explica también la enorme fuerza que alcanzo jugando blitz hacia finales de los 60’s, que quedó demostrada en el torneo blitz de 1970 donde Bobby hizo 19.0 puntos de 22.0 posibles, superando al también demonio del blitz Miguel Tal quien obtuvo 14.5, y a quien derrotó 2-0. Es muy conocido que sólo Fischer y Tal fueron capaces de recordar todas sus partidas blitz de memoria.

Según Tal, Fischer jugaba determinadas posiciones con la precisión de un autómata, especialmente aquellas posiciones en las que tenía una pequeña ventaja y su rival carecía de contrajuego. Precisamente, concluyo mi artículo con una cita de Tal:

“La característica más sobresaliente de Fischer es su técnica perfeccionada al punto del automatismo. Por ninguna razón debería permitírsele tener una posición con ventaja sin nada a cambio. Fischer no tiene igual jugando tales posiciones, las cuales son victorias casi seguras para él.”

A continuación, he seleccionado unas partidas de Bobby con breves comentarios. Las partidas de Fischer hablan por sí mismas!

"Cálculo y análisis incomparables"
Fischer, Robert – Larsen, BentDefensa Francesa, Denver (Match, Partida 1) 1971

1. e4 e6 [Larsen, quien raramente jugaba la defensa francesa, intenta sorprender a Fischer jugándole algo inesperado. Sin embargo, por la época en que se jugó esta partida Bobby se encontraba muy bien preparado contra todo tipo de defensa a su siempre combativo 1. e4 ] 2.d4 d5 3.Cc3 Ab4 4.e5 Ce7 5.a3 Axc3+ 6.bxc3 c5 7.a4 Cbc6 8.Cf3 Ad7 9.Ad3 Dc7 10.0–0 c4 11.Ae2 f6 12.Te1! Cg6 [12… fxe5 13. Cxe5 Cxe5 14 dxe5 Dxe5? 15. Ah5+] 13.Aa3! [Sacrifico por actividad que trae reminiscencias de las partidas de Morphy] 13...fxe5 14.dxe5 Ccxe5 15.Cxe5 Cxe5 16.Dd4! [Enérgico como siempre, Fischer paraliza el enroque] 16...Cg6 17.Ah5! Rf7!? [Larsen juega a lo Steinitz. Ante 17... 0–0–0 Fischer tenía 18.Dxa7 o 18.a5] 18.f4! [Característico de Bobby. Jugada tras jugada incrementa la presión] The8 19.f5 exf5 20.Dxd5+ Rf6! 21.Af3 [La posiciones resultantes de 21. Ad6 han sido analizadas hasta la saciedad sin algún juicio claro. Bobby debió arribar a la misma conclusión y jugó 21. Af3 reagrupando sus piezas] 21... Ce5 [Aparentemente esto es una enérgica respuesta a la ultima jugada del blanco] 22.Dd4! Rg6 [Ver Diagrama] .

23.Txe5!! [Esta extraordinaria jugada revela la poderosa capacidad de cálculo de Fischer por aquel tiempo. Cuando Bobby eligió esta variante debió calcular la jugada 28 y sus consecuencias, de lo contrario no hubiera entrado en esta línea. Muchos comentaristas otorgan sólo un signo de admiración a esta jugada y dos a la jugada 28. Sin embargo, creo que los reconocimientos deben ser a la inversa] 23...Dxe5 [23...Txe5?? 24.Ad6.] 24.Dxd7 Tad8 25.Dxb7 [Con una tranquilidad pasmosa Bobby se dedica a “limpiar” el flanco dama de Larsen, sin preocuparse de que el danés tome la iniciativa... La realidad es otra: “Fischer lo había visto todo”] De3+ 26.Rf1 Td2 [Probablemente, muchos grandes GMs hubieran parado de analizar la variante 23. Txe5 luego de “ver” esta jugada del negro, pero Bobby siempre veía más. Y ahora? Pues simplemente …] 27.Dc6+! Te6 [las negras amenazan mate en uno] 28.Ac5! [Esta jugada no sólo impide el mate sino que permite al blanco tomar ventaja] 28...Tf2+29.Rg1 Txg2!+ 30.Rxg2 Dd2+ 31.Rh1 Txc6 32.Axc6 [Los análisis de Bobby pudieron haber llegado hasta esta jugada cuando efectuó su movimiento número 23. Largos y minuciosos análisis se han realizado con la finalidad de reforzar el juego posterior del negro. La conclusión parecería ser que Larsen pudo ofrecer mayor resistencia, aunque insuficiente para evitar la derrota] Dxc3 33.Tg1+ Rf6 34.Axa7 g5 35.Ab6 Dxc2 36.a5 Db2 37.Ad8+ Re6 38.a6 Da3 39.Ab7 Dc5 40.Tb1 c3 41.Ab6 1-0.

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Un Final Modelo
Fischer, Robert - Taimanov, MarkDefensa Siciliana, Vancouver, (Match, Partida 4), 1971


Esta partida es un buen ejemplo del automatismo alcanzado por Fischer al que alude Tal. Es decir, la precisión para jugar partidas con ligera ventaja posicional en las que su rival enfrenta una posición pasiva. Sobre esta partida Kasparov ha dicho: “Esta partida es una de aquellas que ejerce una fuerte influencia en las mentes de futuras generaciones... Ví por primera vez esta partida en Palacio de los Pioneros de Bakú, admirando y quedando asombrado por cómo Fischer era capaz de separar la posición hacia sus partes componentes con tal simplicidad... Más de treinta años han pasado, y esta partida permanece como un ejemplo insuperable de modelo de juego”.

1. e4 c5 2. Cf3 Cc6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Dc7 5.Cc3 e6 6.g3 a6 7.Ag2 Cf6 8.0-0 Cxd4 9.Dxd4 Ac5 10.Af4 d6 11.Dd2 h6 12.Tad1 e5 13.Ae3 Ag4 14.Axc5 dxc5 15.f3 Ae6 16.f4 Td8 17.Cd5 Axd5 18.exd5 e4 19.Tfe1! [Al puro estilo Fischeriano. En lugar de 19. c4, Bobby opta por la recuperación inmediata del peón y entra a un final con ligera ventaja] Txd5 20.Txe4+ Rd8 21.De2 Txd1+ 22.Dxd1+ Dd7 23.Dxd7+ Rxd7 24.Te5 [empieza a jugar el autómata al que hacía referencia Tal!] b6 25.Af1! a5 26.Ac4 Tf8 27.Rg2 Rd6 28.Rf3 Cd7 29.Te3 Cb8 30.Td3+ Rc7 31.c3 Cc6 32.Te3 Rd6 33.a4 [gradualmente Bobby va restringiendo a su rival] Ce7 34.h3 Cc6 35.h4 h5 36.Td3+ Rc7 37.Td5 [Fischer provoca que los peones negros del flanco rey se sitúen en casillas blancas, donde quedarán a merced del alfil una vez que se logre el objetivo siguiente: cambiar torres] f5 38.Td2 Tf6 39.Te2 Rd7 40.Te3 g6 41.Ab5 Td6 42.Re2 Rd8 43.Td3 Rc7 44.Txd6 Rxd6 [Se ha llegado a un final típico de muchas partidas de Bobby: sus clásicos finales de Alfil contra Caballo. Fischer tenía una particular predilección por este final, especialmente si llevaba el alfil. El problema del negro es la estructura de peones en casillas blancas en el flanco rey]. Ver Diagrama.

45.Rd3 Ce7 46.Ae8 Rd5 47.Af7+ Rd6 48.Rc4 Rc6 49.Ae8+ Rb7 50.Rb5 Cc8 51.Ac6+ Rc7 52.Ad5 Ce7 53.Af7 Rb7 54.Ab3 Ra7 55.Ad1 Rb7 56.Af3+ Rc7 [56... Ra7 57. Ag2 y el negro está en zugzwang] 57.Ra6 Cc8 58.Ad5 Ce7 59.Ac4 Cc6 60.Af7 Ce7 61.Ae8! Rd8 62.Axg6! Cxg6 63.Rxb6 Rd7 64.Rxc5 Ce7 65.b4 axb4 66.cxb4 Cc8 67.a5 Cd6 68.b5 Ce4+ 69.Rb6 Rc8 70.Rc6 Rb8 71. b6 1-0.

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Una Obra Maestra
Fischer, Robert - Petrosian, TigranDefensa Siciliana, Buenos Aires (Match, Partida 7) 1971


La siguiente partida es una excelente muestra de la extraordinaria capacidad técnica alcanzada por Bobby. Tras un ligero error del negro, Bobby incrementa lenta, pero gradualmente, su ventaja contra uno de los mejores jugadores defensivos de todos los tiempos. Luego de 22. Cxd7!!, con una sencillez asombrosa, Fischer elige siempre el camino más corto a la victoria, haciendo gala de su maestría en la fase final del juego.

1.e4 c5 2.Cf3 e6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 a6 5.Ad3 Cc6 6.Cxc6 bxc6 7.0-0 d5 8.c4 Cf6 9.cxd5 cxd5 10.exd5 exd5 11.Cc3 Ae7 12.Da4+ Dd7?! [Una jugada defectuosa que será aprovechada por Bobby] 13.Te1! [13.Ab5?! axb5 14.Dxa8 0-0 15.Da5 d4 16.Cxb5 Ab7 con compensación] 13...Dxa4 14.Cxa4 Ae6 15.Ae3 0-0 16.Ac5! [Con ello Fischer obtiene el control de las casillas negras] 16...Tfe8 17.Axe7 Txe7 18.b4! Rf8 19.Cc5 Ac8 20.f3 Tea7 21.Te5! [Esta jugada retarda el desalojo del corcel en c5] 21...Ad7 [Ante la amenaza de las negras Ab5 todos los presentes en la sala de juego pensaban que la única opción de Bobby era a4, sin embargo, Bobby encontró algo más]. Ver Diagrama.

22.Cxd7+!! [Según un extraordinario artículo de Zenón Franco esta jugada causó una gran conmoción en la sala de prensa. El analista de Petrosian, Alexey Suetin parecía aliviado, y Miguel Najdorf exclamaba “¡Se volvió loco! ¿Cómo cambia ese tremendo Caballo por ese horrible alfil?". Con su característica lucidez, Fischer se dio cuenta que el alfil del negro ejercía en realidad un excelente rol defensivo. A cambio de perder su excelente corcel, el blanco incrementará la actividad de su alfil y la posibilidad de penetrar en la séptima fila, mientras que el negro no obtiene nada a cambio de su alfil. Esta partida es un claro ejemplo de la capacidad de Fischer para analizar los elementos dinámicos de la partida con una claridad asombrosa. Veamos con que sencillez Bobby concreta su ventaja en sólo una docena de jugadas más] 22...Txd7 23.Tc1 [Amenazando Tc6] Td6 24.Tc7 Cd7 25.Te2 g6 [Ahora, con gran sencillez, Fischer maniatará al negro con la incursión de su rey] 26.Rf2! h5 27.f4 h4 28.Rf3! [Amenazando Rg4] 28...f5 [Fischer fuerza al negro a debilitar la configuración de sus peones] 29.Re3! [Una vez logrado dicho objetivo el rey blanco se dirige al otro lado del tablero] d4+30.Rd2 Cb6 31.Tee7 [Según comenta Franco, Suetin estaba pálido y dirigiéndose a Robert Byrne le murmuró a éste "¡Dios mío, lo hace parecer tan simple!"] 31...Cd5 32.Tf7+ Re8 33.Tb7 Cxb4 34.Ac4 1-0.

El error de negro 12… Dd7?! es casi imperceptible, y es increíble ver la simplicidad con la que Bobby tomó ventaja de dicho error, incrementando lentamente su ventaja y ganando sólo una veintena de jugadas después.

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Dos caballos de Troya para la victoria
Byrne, Robert – Fischer, Robert Campeonato de los Estados Unidos 1963-1964, New York, 1963


Aunque la llamada “Partida del Siglo” contra D. Byrne es considerada una de las mejores partidas de todos los tiempos, esta partida no le va a la zaga. En mi modesta opinión ésta es una de las partidas más artísticas y sorprendentes de todos los tiempos. En ella la pareja de caballos negros son las únicas piezas de Bobby que incursionan en campo enemigo... pero lo hacen con tal fiereza que dejan mortalmente herido al rey blanco. Noten la extraordinaria posición final: Ninguna pieza del negro se sitúa más allá de la segunda fila, pero todas ellas apuntan mortalmente contra los baluartes del monarca blanco.

1. d4 Cf6 2. c4 g6 3. g3 c6 4. Ag2 d5 5. cxd5 cxd5 6. Cc3 Ag7 7. e3 O-O 8. Cge2 Cc6 9. O-O b6 10. b3 Aa6 11. Aa3 Te8 12. Dd2 e5! [Muy dinámico, propio del estilo de Fischer. Según Bobby, 12. ... e6 terminaría probablemente en tablas] 13. dxe5 Cxe5 14. Tfd1 [Como lo han señalado muchos comentaristas, Byrne elige la torre equivocada ... sin embargo, ¿Quién podría haber adivinado que en siete jugadas más el blanco estaría irremediablemente perdido?] Cd3 15. Dc2 Cxf2!! 16. Rxf2 Cg4+ 17. Rg1 Cxe3 18. Dd2 Cxg2!! [Fischer debió ver esta jugada cuando eligió Cxf2, de lo contrario hubiera obtenido una posición inferior. Como se sabe, Robert Byrne quedó pasmado cuando Fischer tomó el alfil en lugar de la torre. Sólo entonces Byrne se dio cuenta de la fuerza de Cxf2 y que “Fischer lo había visto todo”] 19. Rxg2 d4! [Tan preciso como un computador. En adelante, las movidas de Fischer parecen estar resolviendo, jugada tras jugada, mini-problemas tácticos “juegan las negras y consiguen ventaja”] 20. Cxd4 Ab7+ 21. Rf1. Ver Diagrama 1: Juegan las negras y ganan.

21. ... Dd7!! 0-1 (Ver diagrama 2 ).

En esta posición las blancas abandonaron. El final no es obvio. Como es sabido dos GMs que comentaban la partida pensaban que Bobby se había rendido. Queda al lector encontrar la secuencia que Bobby vio con anticipación.

Carlos Tovar

NOTA: Articulo publicado por primera en la página del "Club de Ajedrez de la UNI" (Agosto 2005).
http://members.fortunecity.es/unichessclub/

6 comentarios:

David Llada dijo...

Muy buen artículo, bien escrito y bien documentado. Enhorabuena!

Anónimo dijo...

Felicitaciones!Uno de los mejores artículos que leí sobre Bobby.
MUCHAS GRACIAS!

Carlos Tovar dijo...

Muchas gracias por leerlo!

Jorge A. Padilla R. dijo...

Excelente artículo Sr. Tovar, coincido plenamente con sus apreciaciones sobre el estilo de juego del genio americano; pues si bien la cronología admite la afirmación de Spassky de que el juego de Karpov es el de un Petrosian mejorado, por los elementos dinámicos y agresivos siempre presentes el el juego de Bobby; rompiendo dicha cronología me animo a concluir que el estilo de juego de Fischer es el de un Karpov mejorado es decir un juego potente, vigoroso y eficiente. Sin duda a mi humilde criterio, si bien Kasparov pasa por ser el más grande de todos los tiempos por sus ininterrumpidos logros como número uno por más de veinte años, con lo cual muy pocos pueden estar en desacuerdo; para mi, el genial Fischer dueño de un irrepetible talento y de una energía sin par; en el período que reinó como número uno, le constituye en el más fuerte y dominante jugador de todos los tiempos. El único pecado que se le puede reprochar como jugador, es el que no haya demostrado su superioridad una vez obtenido el título; donde no pudimos conocer esa nueva faceta de defensor, porque como pretendiente el mundo no había visto hasta entonces (incluso hasta ahora) un ajedrecista tan fuerte.

Jorge A. Padilla R. dijo...

Gracias. También porque en una anterior ocasión publicaron mi TRIBUTO A BOBBY FISCHER

Jorge A. Padilla R. dijo...

Gracias. Y también agradezco por publicar anteriormente un artículo intitulado: TRIBUTO A BOBBY FISCHER