Esta canción de Marcos Barrientos tiene un significado muy especial para mí. La escuché en un momento que decidí que Dios sea Señor en mi vida. Eso implicaba someterme a su autoridad.
Antes la idea de someterme a Dios me causaba cierta alergia intelectual porque la identificaba como falta de carácter y consideraba una renuncia inaceptable de mi libertad. ¿Por qué yo tenía que someterme a alguien? Total, si Dios me había creado con libre albedrío ¿por qué Dios me tendría que pedir que me someta a su voluntad? Yo, me decía a mí mismo, si trataba de llevar una vida correcta, no necesitaba “ser controlado” por nadie.
La verdad es que estaba equivocado. Partía de la premisa de que someterme a Dios era perder mi libertad, cuando, en realidad, termina siendo todo lo contrario porque junto a Él uno encuentra libertad. Solía rechazar a Dios como Señor pesando que yo no podía someterme a ninguna persona, ignorando que Esa persona me amaba, lo sabía todo y conocía más de mí que yo mismo. E ignoraba que Dios sólo tenía pensamientos buenos para mí.
Si tuviste una infancia feliz, entenderás que la tuviste porque te sentías protegido y amado por tus padres, pese a que entonces no tenías nada de lo que erradamente llamamos “libertad” (hacer lo que queremos sin rendirle cuentas a nadie). La realidad es que una infancia feliz trae un sentimiento de libertad. ¿O no? Si no tuviste una infancia feliz, con Dios como Padre puedes vivirla. Dios es un padre bueno y sometiéndote a Él encontrarás protección, gozo, paz y libertad. Hay que empezar reconociendo que Dios es digno de toda autoridad sobre nuestras vidas. Mientras antes uno decida reconocer su autoridad y hacer su voluntad, más rápido veremos cómo actua en nuestras vidas. El Señor es digno.
Antes la idea de someterme a Dios me causaba cierta alergia intelectual porque la identificaba como falta de carácter y consideraba una renuncia inaceptable de mi libertad. ¿Por qué yo tenía que someterme a alguien? Total, si Dios me había creado con libre albedrío ¿por qué Dios me tendría que pedir que me someta a su voluntad? Yo, me decía a mí mismo, si trataba de llevar una vida correcta, no necesitaba “ser controlado” por nadie.
La verdad es que estaba equivocado. Partía de la premisa de que someterme a Dios era perder mi libertad, cuando, en realidad, termina siendo todo lo contrario porque junto a Él uno encuentra libertad. Solía rechazar a Dios como Señor pesando que yo no podía someterme a ninguna persona, ignorando que Esa persona me amaba, lo sabía todo y conocía más de mí que yo mismo. E ignoraba que Dios sólo tenía pensamientos buenos para mí.
Si tuviste una infancia feliz, entenderás que la tuviste porque te sentías protegido y amado por tus padres, pese a que entonces no tenías nada de lo que erradamente llamamos “libertad” (hacer lo que queremos sin rendirle cuentas a nadie). La realidad es que una infancia feliz trae un sentimiento de libertad. ¿O no? Si no tuviste una infancia feliz, con Dios como Padre puedes vivirla. Dios es un padre bueno y sometiéndote a Él encontrarás protección, gozo, paz y libertad. Hay que empezar reconociendo que Dios es digno de toda autoridad sobre nuestras vidas. Mientras antes uno decida reconocer su autoridad y hacer su voluntad, más rápido veremos cómo actua en nuestras vidas. El Señor es digno.
Marco Barrientos: Digno eres Señor
1 comentario:
Preciosa Adoración, recuerdo que cuando no era cristiana me gustaban mucho la baladas y un amigo me (quien me invito a la iglesia) me regalo el cassette de Marcos Barrientos, me dijo que era un estilo parecido al de las baladas....pero se equivocó, pues es mucho mejor, gracias a esta canción me enamoré de Dios, hasta hoy y seguira así hasta siempre, pues solo Dios es Digno para entregarle toda nuestra vida, pues su voluntad siempre será perfecta para nosotros y tienes razón en El siempre hay libertad...Que bonito testimonio, pues llevas a otros a recordar lo que Dios hizo en nuestras vidas desde que lo conocimos y a darle gracias por tanto amor...
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