sábado, 22 de agosto de 2009

El mensaje central

Estos últimos días ha salido a la luz la noticia que la casa matriz (por llamarla de alguna forma) del movimiento “Pare de Sufrir” (Iglesia Universal de Reino de Dios) está siendo investigada en Brasil por presunto lavado de dinero, además de estafa a sus fieles. Esta semana su iglesia homónima en Perú ha estado en la mira también. Habrá que esperar a ver cómo terminen las investigaciones sobre si hay o no lavado de dinero.

Al margen de ello, desconciendo aun todo lo anterior, el tema que me llamaba enormemente la atención era ver cómo entre estas y otras iglesias, dizque cristianas, se difunden los llamados Evangelio de la Sanación y Evangelio de la Prosperidad. Es decir, prédicas que trasmiten la idea de que Dios sanará toda enfermedad y dará prosperidad a sus seguidores. [Peor aun, como parece ser el caso, es que lucren con la fe, vendiendo productos para que "se te hagan los milagros"]. Como si Jesús hubiera venido para anunciar la sanación corporal y prosperidad de las personas. Pregúntenle al apóstol Pablo si fue sanado de sus males y si tuvo una vida próspera. Se sabe que no.

Es conocido que Pablo pasó miserias y sufrió de un mal que Dios se negó a quitar. Pablo cuenta que tres veces le pidió a Dios que se lo quitara y Dios se lo negó (Segunda Epístola de Pablo a los cristianos en Corinto, capítulo 12). Se sabe que desde que se convirtió en cristiano, Pablo vivió una vida muy modesta, por decir lo menos, y pasó cientos de penurias. Su fe lo llevó a padecer persecuciones, hambre, tortura y privación de su libertad, entre muchas otras tribulaciones (ver Segunda Epístola de Pablo a los cristianos en Corinto, capítulo 11, versículo 27).

Para que no se me malentienda, advierto que no estoy en contra de aquellas personas que gustan de dar consejos para tener una vida más ordenada, armoniosa, más próspera si se quiere, y todo lo demás. En principio, no estoy en contra ni a favor de los gurús de consejos para la vida. Discrepo sí de quienes presentan los evangelios y las cartas de los apóstoles como centradas en esos objetivos.

El evangelio de Jesucristo no es un evangelio de la prosperidad. Tampoco es un evangelio de la sanación corporal que predica que Dios te sanará de toda enfermedad que te aqueje, tal como lo presentan algunas agrupaciones religiosas. Tal vez sea fácil confundirse porque cuando estuvo en la Tierra, Jesucristo hizo muchos milagros de sanación corporal. Dio vista a ciegos, hizo andar cojos, sanó a leprosos, levantó muertos, etc., etc., etc. Pero algunos ignoran que hubo una razón para ello: el judío necesitaba ver milagros para creer. Su historia, la de Israel, estaba marcada por milagros desde la época de Moisés (el paso por el Mar Rojo por ejemplo). Los milagros tuvieron un fin específico en el ministerio de Jesucristo pero no fueron el propósito de su venida a la Tierra.

El evangelio de Jesucristo es de salvación y fue la razón por la que vino a la Tierra. Y esa salvación, nos la recuerdan los apóstoles, se recibe gratuitamente por medio de la fe en él, es decir por gracia, como se dice en el nuevo testamento. Y todo lo demás, aunque bien recibido y anhelado, está en segundo plano....

Termino estos breves apuntes precisamente con lo que Pablo escribe en su segunda epístola a los cristianos en Corinto, a quienes, contándoles sobre la pena o mal que lo aquejaba, les dice: "Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: “Te basta con mi gracia …” (capítulo 12, versículos 8-9).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Carlos

Con relación al tema del post “el mensaje central”, el problema de muchos movimientos considerados cristianos es que toman sólo una parte de la Biblia para construir sus doctrinas. Tengo la impresión de que muchos grupos sólo hablan del amor de Dios y su misericordia (que de hecho existen y la Biblia lo indica), pero olvidan que el Dios de la Biblia es Justo y exige también la paga por el pecado, pues Él es Santo. En estos casos, cuando dichos grupos sólo predican pasajes de la Biblia que hablan de los milagros o del amor de Dios ignorando otros aspectos de la Biblia, se termina dando una imagen distorsionada del evangelio. Carlos, tú lo ejemplificas bien cuando señalas el caso de San Pablo… Yo añadiría que todos los mártires del cristianismo son también prueba de ello. Dudo que los cristianos comidos por leones o aquéllos a quienes Nerón untó con brea y usó como antorchas habrían estado de acuerdo con el mensaje de Pare de sufrir. Por ello, dicho mensaje resulta engañoso y al final puede ser hasta frustrante para sus seguidores, pues a veces, tengo la impresión, su doctrina no sólo manipula a la gente, sino busca manipular, de alguna manera, un poco a Dios (yo doy esto a cambio que Él haga algo por mí). Esta doctrina tipo Pare de Sufrir también me genera dudas sobre si respeta el concepto de que Dios es soberano en su voluntad. En lo que citas del caso de Pablo me parece que este apostol respeta esto.

El problema leer sólo una parte de la Biblia ocurre también en otros grupos, como, por ejemplo, entre aquéllos que son tan duros con los pecadores y se olvidan que Jesús vino por ellos tambien, pues toda la humanidad es pecadora. Aun peor, cuando caen en la falta de creerse intrínsecamente superiores al pecador (ver con desprecio a quienes no practican una vida correcta) y pierden de vista que, en el centro del Evangelio, la salvación y la fe son por gracia de Dios. Igualmente ocurre entre aquellos grupos quienes ven en el hecho de que Jesús se enfrentó a las autoridades, únicamente el lado revolucionario y se olvidan del resto de la doctrina.

Saliéndome del ámbito de la doctrina cristiana, creo que cada persona es libre y responsable de creer lo que quiera... y de disponer de sus bienes como desee (regalarlos a la iglesia, a una caridad, al vecino, etc. etc.). En línea con ello, me parece a veces exagerado cuando se critica a estos grupos sólo por el hecho de captar dinero... para mí es como cuando la gente publica 10 avisos en el periódico pidiendo un deseo (salvo que aquí el dinero va a los propietarios de los diarios). No los defiendo y personalmente creo que varios dirigentes son "timadores", pero tampoco puedo dudar de la creencia real de algunos de sus líderes y fieles que creen en esa doctrina, la de la prosperidad. Total, están en su errado derecho.

Saludos,
Jimmy